El sistema de purificación ultravioleta utiliza tubos ultravioleta que pierden su actividad y dejan de reproducirse destruyendo la estructura del ADN microbiano. El tratamiento ultravioleta puede matar bacterias, virus, esporas y moho, garantizar la limpieza del agua y la calidad del agua.

Cuando el ADN se escapa a la luz ultravioleta de una longitud de onda de 230 nm a 310 nm, la clave para vincular el adn, el enlace de hidrógeno, se rompe, y el tubo optimiza la longitud de onda de la luz a 253,7 nm, coincidiendo con el pico de absorción de ADN para garantizar que los microorganismos nocivos sean completamente eliminados.